Publicado en El Periódico de Catalunya, 1991-XII-14
El racismo está tan asumido en nuestra cultura que a menudo se cuela en comentarios llenos de buenas intenciones. Así, quien ha redactado los textos ministeriales de la reforma de la enseñanza secundaria, en la medida en que propugna "solidaridad con individuos y grupos desfavorecidos, marginados y oprimidos en nuestra sociedad...", o "solidaridad con pueblos y grupos humanos pobres y explotados...", "solidaridad con personas, grupos y pueblos que padecen discriminación u opresión por razón de edad, sexo, religión, cultura, raza, opinión política, desigualdad económica...", "solidaridad con sociedades y grupos sociales desfavorecidos...", "solidaridad con personas que padecen enfermedades asociadas al alcoholismo y la drogodependencia...", "solidaridad con personas socialmente desfavorecidas, en particular las que se encuentran sin trabajo...", delata que no se considera desfavorecido, marginado u oprimido, que no forma parte de pueblos y grupos humanos pobres y explotados, que no padece discriminación ni opresión por los motivos indicados, que no carece de alimentos ni de recursos, ni sufre enfermedades asociadas al alcoholismo o la drogodependencia, ni se encuentra sin trabajo.
Algo similar ha sucedido en una encuesta que se ha pasado en un Instituto de de Bachillerato de Barcelona. - Ante una persona de otra raza ¿cómo te consideras? a) Igual; b) Superior - se preguntó. - Si es negro, inferior -, contestó un amante del rap.