Publicado en El Periódico de Catalunya, 1992-XII-28
El anuncio de que pronto se podrá adquirir fácilmente el condón femenino es una buena noticia, ya que puede aminorar los temores que últimamente han enturbiado con saña los encuentros amorosos. Si son ciertas las ventajas que se le atribuyen, y parece que sí, se trata de un artilugio que, además de ser eficaz como barrera para evitar embarazos no deseados y contagios, incluido el más temido de todos, no produce efectos secundarios ni disminuye la sensibilidad, es fácil de usar y tiene un precio asequible.
Algunas voces han lamentado que, frente al preservativo masculino, que obliga a los hombres a ser copartícipes en la responsabilidad de las consecuencias de los juegos eróticos, el nuevo sistema la hace recaer sobre la mujer. Pero también se puede dar la vuelta al argumento y ver las ventajas, al fin y al cabo somos nosotras las más directamente afectadas y bien está poder tener todas las garantías cuando nos interesa. Este es el caso en que se encuentran las prostitutas ante clientes que se niegan a utilizar el condón sin calibrar los perjuicios que pueden provocar y provocarse: el preservativo femenino las hace más dueñas de la situación.
En cualquier caso, bien está que se amplíe la gama de las posibilidades de jugar a gomas, que buena falta hace en un mundo tan belicoso como el que vivimos.