Publicado en El Periódico de Catalunya, 1991-II-3
Los libros de Historia, al hablarnos de las constantes guerras entre los seres humanos, nos hacen creer que esta actividad anti-humana es consustancial a nuestra existencia, diríase que ineludible. En consecuencia, no deberíamos sobresaltarnos ni rebelarnos ante el conflicto actual.
Los libros de Historia dicen que la Primera Guerra Mundial costó casi 9.000.000 de vidas, la Segunda unos 50.000.000, la más cercana Guerra Civil más de un millón...
Y las noticias recientes nos hacen exclamar con el poeta: "Miré los muros de la patria mía... y no hallé cosa en que poner los ojos que no fuese recuerdo de la muerte". No ha de extrañarnos que retumben voces apocalípticas, dispuestas a beneficiarse de tanto pánico!
Sin embargo, a mi, como a Alejo CARPENTIER, "de las guerras, no me sorprende el número de los muertos; lo que me asombra es la enorme cantidad de vivos que quedan para contarlas".
Indudablemente, algo falla en esa versión sobre nuestra existencia pasada y presente que nos ofrecen los libros, la prensa, la radio y la televisión.
Tendremos que desaprenderla, y reflexionar de nuevo sobre nuestra Historia, para restituirle el lugar que le corresponde a la capacidad humana de entendimiento, gracias a la cual sobrevivimos a pesar de tantas guerras.
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