Compañeras: Las condiciones de vida de nuestro pueblo son cada día peores. Los artículos de primera necesidad sufren continuas subidas de precios: alimentación, vivienda, colegios, ropa, etcétera.
Nuestras viviendas son pequeñas, la comida adulterada, los colegios caros y los centros sanitarios escasos, porque las necesidades más elementales del pueblo son el mayor negocio para un puñado de capitalistas.
Solamente echando una ojeada a nuestros barrios nos damos cuenta de que sólo se construye lo que es negocio: bloques y más bloques de viviendas (vulgarmente llamadas barraquismo vertical), lo otro, las escuelas, ambulatorios, transportes, etc., tenemos que conseguirlo a base de salir a la calle una y otra vez como en Santa Coloma, Vallbona, Buen Pastor, Cornellá, Besós, etc.
Por otro lado, nuestra situación es cada día peor: pocos pues tos de trabajo en general y ninguno para las mujeres casadas que se ven privadas de su derecho al trabajo, porque van a resultar un «estorbo» en el momento de traer hijos al mundo. Nuestros salarios en relación con los del hombre son un 30 % inferior, y nuestras condiciones laborales son mucho peores. Por el solo hecho de ser mujer se nos niegan muchos puestos de trabajo. Las mujeres profesionales se encuentran muchas puertas cerradas pues siempre prefieren a los hombres en los puestos de responsabilidad.
La escasez de trabajos, el que en principio sean para los hombres y las pocas facilidades que se nos dan para poder trabajar (inexistencia de guarderías, lavanderías, etc.) hace que la única salida sea hacer faenas, sin ningún derecho como trabajadoras.
Además de la explotación en el trabajo llevamos toda la carga de todos los quehaceres domésticos. Sufrimos una gran discriminación además de la explotación general que padece todo el pueblo en su conjunto.
Sólo se nos permite la parcela de nuestro hogar pero sin poder decidir ni opinar sobre la educación de nuestros hijos, ni el control de la calidad de los alimentos, ni el de los precios, etc.
Ante esta situación de explotación, cuando el pueblo se reúne para discutir estos problemas y cuando en asambleas se intenta buscar una solución a ellos, es represaliado brutalmente por la policía y encarcelado. Recordemos los recientes sucesos: 226 personas detenidas en Madrid, 67 en Sabadell, 47 en Sant Cugat, etc.
Cuando el pueblo lucha por sus justas reivindicaciones, el gobierno «aperturista» responde con la violencia y el terror, con los despidos, la cárcel y hasta la muerte. Es así como actuaron en Carmona.
Compañeras: esto es el fascismo, una dictadura feroz, el terror abierto contra todo el pueblo y el principal enemigo de la mujer en estos momentos.
Los fascistas dicen que teniendo a la mujer sometida se tiene a todo un pueblo. Es por ello que nos mantienen en la más cruel vejación, decantándonos toda posibilidad de desarrollarnos intelectual, social y políticamente. Es el fascismo quien decreta que la finalidad de la mujer es la procreación (¡como si sólo sirviéramos para eso!), sin embargo condena irremisiblemente a la mujer que llega a la maternidad de soltera.
Compañeras: es el fascismo quien explota, oprime y margina a la mujer, es por tanto nuestro principal enemigo en estos momentos. Unirnos a todo el pueblo para derrocar al fascismo y conquistar las libertades democráticas es nuestro objetivo político más inmediato en el camino hacia nuestra total emancipación.
Nuestra lucha es la de todo el pueblo. Por ello debemos estar unidas a todos los órganos unitarios: Asambleas Democráticas de nuestros barrios, Asamblea Democrática de Barcelona, Asamblea de Catalunya, que han asumido la tarea de Conquistar las liberta des democráticas.
Las Mujeres Democráticas de Barcelona se proclaman defensoras de todos los derechos que como personas tenemos las mujeres y asume la tarea de unir a todas las mujeres demócratas de Barcelona para luchar contra el fascismo.
Las Mujeres Democráticas llaman a todas las mujeres, amas de casa, trabajadoras, empleadas, profesionales y estudiantes a que se unan y luchen por un programa basado en los siguientes puntos:
- A trabajo igual salario igual, sin discriminación de sexo o edad.
- Reconocimiento de todos los derechos como trabajadores para las empleadas domésticas.
- Derecho al trabajo para todas las mujeres. Igualdad de oportunidades en todos los campos (profesional, técnico, político etc.).
- Facilidades para la madre trabajadora: guarderías gratuitas con asistencia sanitaria en todas las fábricas y barrios, escuelas suficientes y gratuitas, comedores, lavanderías, etc.
- Legalización de las madres solieras, sin ninguna discriminación. Conservación del puesto de trabajo al dar a luz; menos horas de trabajo durante la crianza, con derecho a un trabajo menos pesado, cobrando el mismo sueldo.
- Seis meses de paga complementaria para la alimentación del niño.
- Igualdad total de mujer y hombre ante el Código Civil.
- Aumento general de salarios y disminución del coste de la vida.
- Educación laica, gratuita e igual para todos los niños.
- Derecho al divorcio.
- Libertad de expresión, asociación, prensa, asamblea, manifestación, etc. Derecho de voto, de elegir y ser elegida. Derecho las nacionalidades oprimidas a la autodeterminación.
-Amnistía para todos los presos y exiliados políticos antifascistas.
Disolución de la Guardia Civil, Policía Armada y Brigada Político Social, así como de todos los tribunales e instituciones represivas y burocráticas fascistas.
- La celebración de unas elecciones libres en las cuales el pueblo decida la futura forma de Estado.
Mujeres Democráticas de Barcelona
Octubre 1974
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